Mayoría en EEUU rechaza recortes al Seguro Social y el Medicare: encuesta.
De una forma u otra, se esperan cambios para los programas. El Seguro Social y el Medicare podrían alcanzar una crisis de solvencia para 2031, reflejan cifras oficiales.
WASHINGTON — La mayoría de los adultos estadounidenses se opone a las propuestas que reducirían los fondos al Medicare o del Seguro Social, y la mayoría apoya aumentar los impuestos a las personas con los ingresos más altos a fin de que el Medicare siga funcionando como hasta ahora.
Los resultados de una encuesta llevada a cabo en marzo por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research, se dan a conocer cuando ambos programas están a punto de quedarse sin suficiente efectivo para pagar las prestaciones completas en la próxima década.
Pocos estadounidenses estarían de acuerdo con algunas de las propuestas de los políticos para reforzar los programas: El 79 % dice que se opone a reducir el tamaño de las prestaciones del Seguro Social y el 67 % está en contra de aumentar las primas mensuales de Medicare.
Alrededor de 65 millones de adultos mayores y discapacitados acceden al seguro de salud patrocinado por el gobierno a través de Medicare y dependen de los pagos mensuales del Seguro Social.
En cambio, el 58 %, apoya la idea de aumentar los impuestos a los hogares que ganan más de 400.000 dólares anuales para financiar Medicare, un plan propuesto por el presidente Joe Biden el mes pasado.
Marilyn Robinson, de 90 años, está en desacuerdo con casi todo lo que dice el líder demócrata, pero cree que su plan de aumentar los impuestos a los más ricos para solventar el futuro del programa de salud tiene sentido.
Ella no conoce a nadie en su pueblo agrícola rural de White Creek, Nueva York, que gane tanto dinero. La propia Robinson, que ha contado con el Medicare durante los últimos 25 años, recibe solo 1.386 dólares en cheques de pensión y Seguro Social cada mes.
“Puedo sobrevivir con ese dinero”, dijo. “Pero si estás hablando de 400.000 dólares, estás en otra categoría. No hay nadie por aquí ganando dinero así”.
Ese es el único cambio en los programas de subsidio que la mayoría de los estadounidenses dice que apoyaría.
De una forma u otra, se esperan cambios para los programas. La semana pasada, el informe anual de los fideicomisarios del Seguro Social y Medicare publicado el viernes advirtió que Medicare sólo tendrá suficiente dinero en efectivo para cubrir el 89 % de los pagos de visitas hospitalarias y estadías en asilos de ancianos para 2031. Dos años después, el Seguro Social sólo podrá pagar el 77 % de las prestaciones a los jubilados.
La encuesta reflejó que muchos estadounidenses tienen dudas sobre la estabilidad de ambos programas: sólo 2 de cada 10 personas confían mucho o extremadamente en que los beneficios de cualquiera de los programas estarán disponibles para ellos cuando los necesiten, mientras que alrededor de la mitad tiene poca o ninguna confianza.
Líderes republicanos y demócratas han prometido públicamente no recortar las prestaciones del Seguro Social o del Medicare. Sin embargo, algunos republicanos han planteado la idea de aumentar la edad de elegibilidad para el Seguro Social y Medicare a fin de mantener los programas operando.
Pero la mayoría de los estadounidenses también rechaza eso abrumadoramente. Tres cuartas partes de los estadounidenses dicen que se oponen a aumentar la edad de elegibilidad para las prestaciones del Seguro Social de 67 a 70 años, y 7 de cada 10 se oponen a aumentar la edad de elegibilidad para Medicare de 65 a 67 años.
Los legisladores que apoyan aumentar la edad de elegibilidad para mantener a flote esos programas fueron testigos del difícil camino que se avecina en Francia, donde la propuesta del presidente Emanuel Macron de aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años ha sido recibida con violencia y protestas masivas.
Si bien la mayoría apoya aumentar los impuestos a los hogares que ganan más de 400.000 dólares para cubrir el Medicare, la encuesta muestra una división política al hacerlo: 75 % de los demócratas apoya el impuesto, pero los republicanos están muy divididos, con un 42 % a favor y un 37 % en contra, y el 20 % no apoya a ninguno.