California lidia con tercera masacre en ocho días.
“Nuestro corazón está con la gente de California”, declaró el presidente Joe Biden el martes durante una reunión con legisladores demócratas. “Han pasado días muy, muy difíciles”.
MONTEREY PARK, CALIFORNIA, EEUU — Poco después de la peor masacre en la historia del condado de Los Ángeles, el gobernador de California se encontraba en el hospital para reunirse con algunos de los heridos en el incidente cuando sus colaboradores lo apartaron y le informaron de otro tiroteo masivo en el otro extremo del estado.
La noticia de que un hombre armado había asesinado a siete personas en dos granjas de hongos de un pintoresco tramo costero del norte de California llegó apenas horas después de que el gobernador Gavin Newsom habló de su hartazgo y frustración con los tiroteos masivos.
“No puedo seguir con esto”, dijo a los reporteros horas antes el lunes en Monterey Park, donde 11 personas fueron asesinadas en un estudio de danza. “Es una locura decir lo mismo una y otra y otra vez”.
De cualquier forma, Newsom se trasladó el martes a Half Moon Bay para abordar el tercer tiroteo masivo en poco más de una semana en un estado que tiene algunas de las leyes de armas de fuego más estrictas y una de las tasas de decesos por armas de fuego más bajas del país.
Visiblemente enojado y por momentos exaltado, el gobernador consultó notas que utilizó en masacres anteriores: el asesinato de 12 personas en un bar de Thousand Oaks en 2018; el tiroteo en el que tres personas murieron y 17 más resultaron heridas durante el Festival Gilroy Garlic de 2019; la matanza de nueve trabajadores en un patio de maniobras de ferrocarril de San José en 2021.
“Comencé a escribir ‘Monterey Park’”, dijo Newsom. “Y ahora tengo que escribir ‘Half Moon Bay’. ¿Qué demonios está pasando?”
Un trabajador del campo de 66 años fue fichado con cargos de homicidio e intento de homicidio después de balear a ocho personas, siete de las cuales murieron, en un crimen que las autoridades describen como un acto de violencia en el lugar de trabajo en una vasta región agrícola que se ubica entre el Océano Pacífico y las montañas.
En Monterey Park, un hombre armado de 72 años abrió fuego en un estudio de danza ubicado en una comunidad de población asiático-estadounidense que celebraba la víspera del Año Nuevo Lunar la noche del sábado, dejando 11 muertos y nueve heridos. Más tarde, el agresor se quitó la vida.
Una semana antes, al menos dos agresores mataron a disparos a una joven madre de 16 años que protegía a su bebé de 10 meses, y asesinaron a otras cuatro personas en una región agrícola del centro de California, en un ataque que sigue sin resolverse.
“Nuestro corazón está con la gente de California”, declaró el presidente Joe Biden el martes durante una reunión con legisladores demócratas. “Han pasado días muy, muy difíciles”.
Biden destacó que la senadora demócrata por California Dianne Feinstein presentó una iniciativa para prohibir los fusiles de asalto, e hizo un llamado al Congreso para su aprobación.
Newsom también pidió regulaciones más estrictas a las armas de fuego, y habló en particular de los cargadores de gran capacidad —como el que tenía el perpetrador de la masacre en Monterey Park— y de lo que describió como “armas de una maldita guerra”.
“Todo el tiempo se dice: ’Sólo en Estados Unidos”, comentó. “Primer lugar en tenencia de armas de fuego. Primer lugar en muertes por arma de fuego. Ni siquiera es algo complicado”.
Las recientes masacres llevaron a California a ascender cinco puestos hasta el sitio 26 en número de tiroteos masivos letales per cápita en el país desde 2006, según una base de datos de USA Today/AP/Universidad Northeastern. La base de datos únicamente registra los incidentes en los que al menos cuatro personas fueron asesinadas.
Aunque California tiene la cifra más elevada de matanzas con armas de fuego —49 con los tres más recientes—, se ubicaba en el puesto 31 al ser el estado más poblado del país con casi 40 millones de habitantes.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus iniciales en inglés) colocan a California en el séptimo puesto en cuanto a la tasa más baja de mortalidad por armas de fuego en el país por cada 100.000 habitantes, según las estadísticas disponibles más recientes, las de 2020. Es la 20ma más baja en términos de tasa de homicidios, la cual no se limita únicamente a los tiroteos.