Así son los túneles subterráneos con los que Elon Musk aseguró que iba a acabar con los atascos.
Algunas de las ideas más locas y futuristas de Elon Musk comienzan en Twitter. “El tráfico me está volviendo loco. Voy a construir una máquina perforadora de túneles y empezaré a cavar…”, tuiteó el magnate en diciembre de 2016. Así es como nació The Boring Company, cuyo objetivo era construir túneles subterráneos para acabar con los atascos en grandes ciudades como Los Ángeles. Pero, seis años después, los únicos túneles abiertos al público solo recorren 1,7 millas (unos 2,7 kilómetros) bajo el Centro de Convenciones de Las Vegas.
El sistema, llamado LVCC Loop, solo está operativo cuando se celebran convenciones como el CES, la feria de electrónica más grande del mundo, que tiene lugar esta semana en la ciudad del Estado de Nevada. En total, cuenta con tres estaciones: dos en la superficie y una subterránea. Aunque ahora los viajes entre ellas son gratuitos, varios empleados consultados por EL PAÍS no descartan que en un futuro cuesten dinero. Este periódico ha intentado ponerse en contacto con la compañía, que por el momento no ha hecho declaraciones al respecto.
En la LVCC West Station, suena música de fondo y varios trabajadores con chalecos amarillos fluorescentes dan indicaciones a los asistentes al CES. “Solo es posible ir a Central Station porque hoy South Station está cerrada”, afirma uno de ellos, que no especifica el motivo. Acto seguido les indica dónde deben esperar al coche. Si alguien viaja solo, es posible que le acompañen otros pasajeros en la parte de atrás. Cada pocos segundos llegan nuevos vehículos a la estación. Salen de un túnel y todos son Teslas blancos, negros y grises.
La mayoría de conductores llevan un auricular en un oído y algunos visten una gorra en la que se lee “Vegas loop”. Saludan amablemente a los pasajeros y confirman cuál es su destino. “Te voy a ahorrar media milla andando (unos 800 metros) en unos 30 segundos”, afirma Bryan, un conductor estadounidense que trabaja para The Boring Company desde junio de 2022. Caminando, según Google Maps, este recorrido entre la LVCC West Station y Central Station lleva unos 10 minutos.
Bryan asegura que su trabajo “es maravilloso”: “Conozco a gente y llevo un coche que cuesta decenas de miles de dólares, además de que es emocionante formar parte de algo nuevo”. Desde la LVCC West Station, baja una cuesta y se adentra en un túnel circular. El trayecto, que tiene varias rectas y ligeras curvas, es muy corto. Pese a que en 2018 Musk vaticinaba un futuro en el que los coches pudieran circular en el túnel a unos 240 kilómetros por hora, en las pruebas realizadas por este periódico el coche solo ha alcanzado las 36 millas por hora. Es decir, unos 57 kilómetros por hora.
Túneles con luces de colores
En el suelo, a los laterales, hay tiras de luces que van cambiando de color y aportan un toque futurista a todo el túnel, que se ilumina de rosa, verde, azul o amarillo. En ocasiones, se vislumbran otros coches que van por delante. Estos túneles, que se construyeron en aproximadamente un año con máquinas perforadoras, costaron unos 47 millones de dólares, según The Boring Company. Al circular por ellos, apenas hay espacio en los laterales. Alberto Núñez, un mexicano que lleva seis meses conduciendo estos coches, asegura que en caso de emergencia, cualquier coche se puede sacar en cinco minutos. “Nunca se va a parar el tráfico porque un coche puede empujar a otro”, afirma.
Mientras conduce, Núñez echa un vistazo a una gran pantalla que hay en la parte delantera del coche. En ella, se muestran las imágenes capturadas por las cámaras que están en el exterior del coche, además de otra información como la velocidad, si los pasajeros llevan puesto el cinturón o si la visibilidad es reducida. Para este conductor, la principal ventaja de expandir estos túneles por Las Vegas u otras ciudades es que se evitaría el tráfico de calles concurridas como el Strip.
Aún está por ver si Musk consigue llevar estos túneles a otros lugares, ya que los proyectos propuestos en Los Ángeles, Chicago y Baltimore han sido abandonados, según recogen varios medios. El proyecto de Las Vegas todavía difiere bastante de cómo Musk lo imaginaba. El fundador de Tesla afirmó en 2018 que los coches estarían equipados con unas ruedas que se adaptarían a los raíles del túnel, pero también parece haber desechado esta idea.
Además, cuando presentó un prototipo de estos túneles en Los Ángeles (California), aseguró que sólo los vehículos eléctricos y autónomos podrían usarlos. De momento, los vehículos llevan conductor. Aun así, Núñez vaticina que probablemente “un día saldrás del aeropuerto y un coche sin nadie dentro te llevará a donde necesites”. “Supongo que no tener conductores haría el servicio más barato porque tenernos aquí conlleva mucho trabajo”, reconoce Bryan.
Hasta 4.400 pasajeros por hora
LVCC Loop abrió en 2021 y, según The Boring Company, ha operado en todas las convenciones celebradas desde entonces. En SEMA 2021, una feria de automóviles, transportó “entre 24.000 y 26.000 pasajeros por día”. El año pasado, en el CES, lo usaron “entre 14.000 y 17.000 personas cada día, con un tiempo de viaje promedio de menos de dos minutos y un tiempo de espera de menos de 15 segundos”. Steve Hill, presidente de la Autoridad de Convenciones y Visitantes de Las Vegas (LVCVA), tuiteó en 2021 que el sistema podía transportar a unos 4.400 pasajeros por hora.
John Merrill, un asistente al CES del Estado de Indiana, ha viajado por estos túneles subterráneos en un Tesla Model 3. “Es un pequeño sistema de túneles agradable, creo que funcionaría en otras ciudades como Barcelona”, comenta. Para Eddie Avila, de Honduras, “la única ventaja es que no tienes que caminar y que es rápido”. Aunque asegura que le gusta andar, considera que se necesitan este tipo de sistemas en Las Vegas: “Tenemos un tráfico de mierda y nos vendría bien para, por ejemplo, ir al aeropuerto”.
Yeji Kim, que acude a la feria desde Corea del Sur, destaca que es “más rápido ir por estos túneles que por la carretera, ya que no hay ningún hotel ni semáforo de por medio”. Pero lo que más le gusta es que, al tratarse de vehículos eléctricos, “parece muy ecológico”. Ninguno de estos asistentes ha encontrado ningún inconveniente al sistema. Como señala Kim, “en un solo viaje es difícil detectar las posibles desventajas”.