
REFRIGERACIÓN DE ESTADIOS EN CATAR: ALTERNATIVA PARA EL CAMBIO CLIMÁTICO
Con el cargo de “Profesor y catedrático de aire acondicionado”, el ingeniero mecánico de la Universidad de Catar, con doctorado en ingeniería mecánica en la Universidad de Nottingham en Inglaterra, Saud Ghani, junto con su equipo, fueron los seleccionados para la Climatización de los 8 estadios al aire libre donde se juega por éstos días la Copa Mundial de la FIFA en Doha y sus alrededores.
Con diseños a escala de los estadios, túneles de viento y humo, avanzada tecnología láser y cámaras térmicas, el ingeniero intervino y afectó el diseño original de algunas de las estructuras para poder reducir la Sensación térmica de cada uno de los Jugadores y espectadores en la cita mundialista. En un país donde 9 de los 12 meses del año, las temperaturas son realmente insoportables, llegando incluso a los 43 grados Celsius a la sombra, la apuesta del aire acondicionado en los escenarios las hiso viables al largo plazo.

La apuesta por esa hazaña climática no solo se limita a la cita futbolera, ya que uno de los estadios será desmantelado, pero los otros siete se conservarán y usarán durante todo el año para albergar clubes deportivos, actividades atléticas universitarias y grandes eventos. Incluso Catar planea postularse para unos eventuales Juegos Olímpicos. “No quiero que sientan frío. No quiero que sientan calor. Se trata de la percepción. No es solo la temperatura. Sino, ¿cómo se sienten?”, afirma Ghani.

El principal reto era mantener los Primeros 180 Centímetros del Suelo de cada cancha, así como en las graderías, con suficiente aire frío para mantener frescos a los asistentes. Usando la analogía de su propio Porsche, la respuesta la proporciona un Tanque “Radiador” en cada escenario, lleno con cientos de miles de Galones de Agua que, por eficiencia energética, se enfrían durante la noche previa a los encuentros hasta los 5 grados con energía proveniente de Granjas Solares ubicadas a las afueras de Doha. El sistemas cuenta también con dos Bombas que transportan por medio de varios intercambiadores de calor debajo de las gradas y sillas, el agua fría que intervendrá el aire caliente que se extrae del estadio para regresarlo en condiciones mucho más agradables para los asistentes, respetando los sensores de calor y cámaras infrarrojas que regulan las temperaturas globales de cada escenario.

La visión a largo plazo es usar esa misma tecnología pensando en usarla en las grandes edificaciones de las zonas más cálidas del mundo entero, desde centros comerciales, salones de convenciones, terminales de transporte aéreo y terrestres, grandes cadenas de almacenes y otros escenarios deportivos o que congreguen multitudes de personas alrededor del globo.

Aunque no hay cifras oficiales, Algunos cálculos estiman que se gastaron cerca de 6.500 millones de dólares en la construcción y adecuación de los 8 estadios, cifra que, aunque exorbitante, no incluye el costo en la vida de los cerca de 400 o 500 trabajadores muertos y los problemas de salud crónicos de otros cientos de trabajadores migrantes mal pagados que participaron de su puesta a punto.